Citas Trinitarias Primitivas
Existen grupos sectarios,
como los Testigos de Jehová, el Camino Internacional, los Cristadelfos y otros, que
niegan la Trinidad y afirman que la doctrina no fue mencionada hasta después del tiempo
del Concilio de Nicea (325 d.C.). Este concilio, primero ecuménico, "fue convocado
por el emperador Constantino para tratar el error del arianismo [vea la pág. 47] , el cual amenazaba la unidad de la Iglesia
cristiana."
Las siguientes citas muestran que la doctrina de la Trinidad de
hecho estaba vigente y generalizada mucho antes del concilio de Nicea.
Policarpo (70-155/160). Obispo de Esmirna, discípulo del Apóstol Juan.
"Señor Dios omnipotente: Padre de tu amado y bendecido
siervo Jesucristo ... Yo te bendigo, porque me tuviste por digno de esta hora, a fin de
tomar parte ... en la incorrupción del Espíritu Santo... Tú, el infalible y verdadero
Dios. Por lo tanto, yo te alabo ... por mediación del eterno y celeste Sumo Sacerdote,
Jesucristo, tu siervo amado, por el cual sea gloria a Ti con el Espíritu Santo, ahora y
en los siglos por venir" (Martirio de San Policarpo, 14:1-3, en D. Ruiz Bueno,
Ed., Padres Apostólicos, p. 682).
Ignacio de Antioquía (aprox. 35-107). Obispo de Antioquía. En su camino al
martirio, escribió varias cartas en defensa de la fe cristiana.
"sois piedras del templo del Padre, preparadas para la
construcción de Dios Padre, levantadas a las alturas por la palanca de Jesucristo, que es
la cruz, haciendo veces de cuerda el Espíritu Santo." (Carta a los Efesios,
9: 1; Ruiz Bueno, o.c., pág. 452-453).
"La verdad es que nuestro Dios Jesús, el Ungido, fue
llevado por María en su seno conforme a la dispensación de Dios [Padre]; del linaje,
cierto, de David; por obra, empero, del Espíritu Santo." (Carta a los Efesios,
17:2; Ruiz Bueno, Padres Apostólicos, pág. 457).
Justino Mártir (aprox. 100-165). Fue un maestro, apologista y mártir, discípulo de
Policarpo.
"A El [el "Dios verdaderísimo"] y al Hijo, que de
El vino y nos enseñó todo esto ... y al Espíritu profético, le damos culto y adoramos,
honrándolos con razón y verdad" (Primera Apología 6: 2; en D. Ruiz Bueno,
Ed., Padres Apologetas Griegos, pág. 187)
"entonces toman en el agua el baño en el nombre de Dios,
Padre y Soberano del universo, y de nuestro Salvador Jesucristo, y del Espíritu
Santo." ( Primera Apología 61:3; en Ruiz Bueno, Padres Apologetas Griegos,
pág. 250).
Ireneo (115-190). Originario de Asia Menor, de niño fue discípulo de Policarpo.
Llegó a ser obispo de Lyon, en las Galias. Fue el principal teólogo del segundo siglo.
"La Iglesia, aunque dispersa en todo el mundo, hasta lo
último de la tierra, ha recibido de los apóstoles y sus discípulos esta fe: ... un
Dios, el Padre Omnipotente, hacedor del cielo y de la tierra y del mar y de todas las
cosas que en ellos hay; y en un Jesucristo, el Hijo de Dios, quien se encarnó para
nuestra salvación; y en el Espíritu Santo, quien proclamó por medio de los profetas las
dispensaciones de Dios y los advenimientos y el nacimiento de una virgen, y la pasión, y
la resurrección de entre los muertos, y la ascensión al cielo, en la carne, del
amadísimo Jesucristo, nuestro Señor, y Su manifestación desde elcielo en la gloria del
Padre, a fin de reunir en uno todas las cosas, y para resucitar renovada toda
carne de la entera raza humana, para que ante Jesucristo, nuestro Señor, y Dios , y
Salvador, y Rey, según la voluntad del Padre invisible, se doble toda rodilla, de
las cosas en los cielos, y las cosas en la tierra, y las cosas debajo de la tierra, y que
toda lengua le confiese, y que El ejecute un justo juicio sobre todos..." (Contra
todas las herejías, I, 10:1; en Ante-Nicene Fathers vol. 1).
Teófilo de Antioquía (Segunda mitad del siglo II). Obispo de Antioquía y
apologista. Presentó la doctrina cristiana a los paganos. Es el primero en utilizar el
término "Trinidad" (griego, trias).
"Igualmente también los tres días que preceden a la
creación de los luminares son símbolos de la Trinidad, de Dios, de su Verbo y de su
Sabiduría [el Espíritu]" (Tres libros a Autólico II:15; en Ruiz Bueno, Padres
Apologetas Griegos, pág. 805).
Atenágoras de Atenas ( Segunda mitad del siglo II). Defensor de la fe cristiana.
Dirigió una "Legación" o defensa de los cristianos al emperador Marco Aurelio
y su hijo Cómodo, hacia 177.
"¿Quién, pues, no se sorprenderá de oír llamar ateos a
quienes admiten un Dios Padre y a un Dios Hijo y un Espíritu Santo, que muestran su
potencia en la unidad y su distinción en el orden?" (Legación a favor de los
cristianos, 10; en Ruiz Bueno, Padres Apologetas Griegos, pág. 661)
Tertuliano de Cartago (160-215). Apologista y teólogo africano. De profesión
abogado, escribió elocuentemente en defensa del cristianismo.
"Definimos que existen dos, el Padre y el Hijo, y tres con
el Espíritu Santo, y este número está dado por el modelo de la salvación ... [el cual]
trae unidad en trinidad, interrelacionando los tres, el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. Ellos son tres, no en dignidad, sino en grado; no ensustancia sino en forma; no en
poder, sino en clase. Ellos son de una sustancia y poder, porque hay un Dios de quien
estos grados, formas y clases se muestran en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu
Santo." (Contra Praxíteles, 23; PL 2.156-7).
Orígenes (aprox. 185-254). Teólogo de Alejandría, crítico y exegeta bíbico,
teólogo, prolífico autor. Discípulo de Clemente de Alejandría.
"Si alguno dijese que el Verbo de Dios o la Sabiduría de
Dios tuvieron un comienzo, advirtámosle no sea que dirija su impiedad también contra el
ingénito Padre, ya que negaría que El fue siempre Padre y que El ha engendrado siempre
al Verbo, y que siempre tuvo sabiduría en todos los tiempos previos o edades, o cualquier
cosa que pueda imaginarse previamente. No puede haber título más antiguo del Dios
omnipotente que el de Padre, y es a través del Hijo que El es Padre. " (Sobre los
principios 1.2.; Patrologia Graeca 11.132).
"Pues si este fuera el caso [que el Espíritu Santo no fuese
eternamente como El es, y hubiese recbido conocimiento en algún momento y entonces
llegado a ser el Espíritu Santo] el Espíritu Santo nunca hubiese sido reconocido en la
unidad de la Trinidad, es decir, junto con los inmutables Padre e Hijo, a menos que El
siempre hubiese sido el Espíritu Santo... De todos modos, parece apropiado inquirir cuál
es la razón por la cual quien es regenerado por Dios para salvación tiene que ver tanto
con el Padre y el Hijo como con el Espíritu Santo, y no obtiene la salvación sino con la
cooperación de toda la Trinidad; y por qué es imposible tener parte con el Padre y el
Hijo, sin el Espíritu Santo" (Sobre los principios I, 3:4-5, en Alexander
Roberts and James Donaldson, eds., The Ante-Nicene Fathers, Grand Rapids: Eerdmans,
Reimpr. 1989, Vol. 4, pág. 253).
"Más aún, nada en la Trinidad puede ser llamado mayor o
menor, ya que la fuente de la divinidad sola contiene todas las cosas por Su palabra y
razón, y por el Espíritu de Su boca santifica todas las cosas dignas de ser
santificadas... Habiendo hecho estas declaraciones concernientes a la Unidad del Padre, y
del Hijo y del Espíritu Santo, retornemos al orden en el cual comenzamos la discusión.
Dios el Padre otorga, ante todo, la existencia; y la participación en Cristo,
considerando que Su ser es la palabra de la razón, los torna seres racionales ... [y] es
la gracia del Espíritu Santo presente por la cual aquellos seres que no son santos por
esencia, pueden ser tornados santos por participar de ella" (Sobre los principios
I, 3: 7-8, en Roberts and Donaldson, pág. 255).
Si es cierto, como sostienen los antitrinitarios, que la
Trinidad no es una doctrina bíblica ni fue nunca enseñada hasta el Concilio de Nicea en
325, ¿por qué existen estos textos? La respuesta es simple: La Trinidad sí es una
doctrina bíblica y sí se enseñó antes del Concilio de Nicea. Podría agregarse que el
Concilio de Nicea no hizo más que poner en claro, de manera consensada, lo que ya era,
hace tiempo, la doctrina ortodoxa enseñada y aceptada por los cristianos.
En parte, el hecho de que la doctrina de la Trinidad no hubiese
sido "oficialmente" enseñada hasta el tiempo de Nicea, se debe a que el
cristianismo era ilegal hasta poco antes del Concilio. En realidad no era posible que los
grupos cristianos se reuniesen oficialmente para discutir la doctrina. La mayor parte , y
por buenas razones, temía hacer declaraciones públicas concernientes a su fe.
Por lo demás, si alguien hubiese atacado la persona de Adán,
probablemente la Iglesia primitiva hubiese respondido con la doctrina ortodoxa sobre
quién fue Adán. Lo que ocurrió fue que se atacó la persona de Cristo. Cuando la
Iglesia defendió la divinidad de Jesucristo, ello contribuyó a definir más claramente
la doctrina de la Trinidad. Como se evidencia de las citas transcriptas más arriba, la
Iglesia primitiva creía en la Trinidad, y no era realmente necesario efectuar
declaraciones oficiales. No fue sino hasta que se introdujeron errores que los concilios
comenzaron a reunirse para tratar de la Trinidad, como también sobre otras doctrinas que
fueron atacadas.
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